CREO (Fundamento Filosófico)

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  • Creo que todo niño es único, diferente de cualquier otro.
  • Creo que el niño trae potencial genético inmenso que no logrará copar en toda su vida.
  • Creo que los niños son, esencialmente, buenos y puros.
  • Creo que el niño tiende a la armonía.
  • Creo que un niño es luz y sombra, risas y llanto, amor y rechazo, en todo su potencial.
  • Creo que el niño es una verdadera “esponja” de sensibilidad, que percibe todo lo que ocurre a su alrededor, desde su gestación.
  • Creo que el ser humano es expresivo por naturaleza y que empieza a expresarse en el útero de madre.
  • Creo que el niño es esencialmente social y aprende de sí a través de su madre y luego en el contacto con los demás.
  • Creo que el niño descubre el mundo, a sí mismo y a los demás, a través de la experimentación y el juego.
  • Creo que el niño se desarrolla por medio del juego, ya que logra fluir en libertad y realizarse integralmente, utilizando todo su cuerpo e intelecto con sensibilidad y creatividad.
  • Creo que la imaginación del niño enciende y llena de vida su entorno.
  • Creo que la capacidad de imaginación del niño es fundamental para ampliar los horizontes de su vida real.
  • Creo que el niño necesita, a través de la imaginación, tomar en sus manos y experimentar con valores, temores y fantasías, lo que le va a permitir en el futuro, enfrentar el mundo que lo rodea.
  • Creo que el mundo imaginario es tan real en un niño menor de cinco años como el mundo concreto.
  • Creo que “La imaginación es un colchón que protege al niño de las dificultades que tiene que enfrentar en el mundo”. (Cecilia Acevedo F.)
  • Creo que “Lo esencial es invisible a los ojos, sólo se ve con el corazón”. (El Principito, Antoine de Saint-Exupéry).