Áreas de Desarrollo

Al llegar al Jardín los niños saludan, cuelgan sus chaquetas y mochilas, entregan su colación (la que se comparte) y entran libremente al espacio de la sala la que está organizada en varios rincones o centros de interés. Estos rincones van rotando por los diferentes niveles, de manera de cubrir todas  las posibilidades de manipulación y creatividad del niño en su proceso madurativo. Estos son Arte Tranquilo, Casita y Construcción.

Cada niño crece y se desarrolla viviendo momentos buenos, difíciles o malos. Todo lo que un niño siente queda plasmado en sus pinturas, porque un niño frente a un atril con una caja de huevos con colores, un papel en blanco, y un pincel, no puede ser otra cosa que él mismo, en el aquí y el ahora. ¿Cómo no va a ser un instrumento importantísimo para el educador, tener en sus manos la expresión del alma de un niño y poderlo visualizar?

El niño es esencialmente musical, su ser fluye en ritmo, sonido, intensidad y silencio. Cantarle a un niño en vez de sólo hablarle, transforma el mensaje en una experiencia en la que él se conecta auditiva y corporalmente. Canciones, instrumentos, música culta y folclórica se entregan como un enriquecimiento fundamental en la estimulación musical artística del niño.

El cuento se entrega en la puesta en común en que los niños reciben las imágenes visuales y auditivas que son dadas por la Educadora, también pueden acceder al mundo de los libros que ellos escogen libremente, de acuerdo a su nivel de maduración e interés.

Teatro es la culminación de todas las expresiones artísticas que se entregan en el Jardín. Todos los años, como parte de la metodología, se realiza una gran fiesta en la que todos, padres, personal y niños participan. En ella, van representadas las experiencias musicales, corporales y plásticas que se han trabajado durante el año. El Principito se ha preocupado de crear obras originales con este fin, en cuya creación participan todos los profesionales que integran nuestro equipo.

El niño desde muy pequeño se interesa por incidir en el espacio, colocando un elemento al lado de otro, transformándolos con su pensamiento simbólico. A medida que madura y mejora su coordinación motriz, va trabajando con elementos más delicados, construyendo verdaderas obras arquitectónicas, a las que integra elementos para recrear ambientes. Trabajan en el suelo de la sala, permitiendo con los materiales que se le entregan, desarrollar construcciones individuales que luego llegarán a integrar en un juego común.

Esta actividad se desarrolla cada 15 días y es guiada por un profesional el que con actividades de juego, va dando a conocer la vida de la naturaleza, que rodea al niño en su barrio y en el Jardín. Los niños descubren los cambios de estaciones y la vida que se desarrolla en cada una de ellas, recogiendo y plantando semillas que luego regarán y observarán a medida que surgen de la tierra. El niño al conocer la vida de las plantas, aprende a respetarlas y a descubrir las lombrices y demás insectos que colaboran en su desarrollo.

En el año 1970, estudiando las experiencias  que existían en Rusia y USA comenzó la  Escuela de Natación El Principito, pionera en Chile, que ha enseñado a miles de niños chilenos y de otras latitudes a nadar. Unos años después, esta actividad que era paralela a las actividades del Jardín, entró a ser parte del currículum de éste. Los Capullos y Mariposas van a nadar una vez por semana en los periodos mas cálidos del año mayores en grupo con sus educadoras. Actualmente las Mariposas salen pudiendo nadar, bucear y saltar al agua con gran soltura.

También ofrecemos clases a los más pequeños, entre los 4 meses a los 2 años 11 meses junto a sus padres (Huevitos y Cuncunas)

“Puedo decir que los niños aman sus clases de natación donde aprenden a través del juego a coordinar mejor sus movimientos, a fortalecer su musculatura, a enfrentar situaciones de riesgo y a disciplinarse en este riesgoso pero tan atractivo medio”.

Con el método entregado por Maricela Gil, las mariposas, capullos y cuncunas practican Kundalini Yoga, una ves a la semana. Los niños entran naturalmente en esta disciplina la que exige posturas,  elongaciones, relajación y meditación con mantras. “Para ellos es un agrado el tener que sacarse los zapatos y sentarse sobre sus colchonetas individuales para hacer su clase de yoga. El efecto que esta actividad ha tenido en los niños es  excelente, ayudando a equilibrar la energía desde cada niño, manteniendo un comportamiento general armonioso”.

Fundamental es la expresión corporal en todas las áreas, en música, cantar, llevar ritmo y bailar, es algo que fluye naturalmente. Al escuchar un cuento, los niños se identifican con los personajes que allí aparecen, y son capaces de transformarse y expresarse creativamente en este.
Lo mismo ocurre en natación, donde se van transformando en diversos personajes en la medida en que se van identificando con el agua.